¿Necesitas vender tu coche? Atento al valor venal

15 Sep 2022

Tener coche implica unos gastos que conoces al detalle y has decidido deshacerte de él de una vez por todas. Llenar el depósito de gasolina con lo que cuesta, pagar el impuesto de circulación y llevarlo al taller cuando se avería hace que no te salgan las cuentas ni con los micropréstamos.

La decisión final está clara, ¡venderlo!, pero antes es importante que conozcas al detalle qué es el valor venal de un vehículo. En caso contrario, llegarán las sorpresas o, mejor dicho, disgustos, que es mejor evitar. Saber cuál es, hará que puedas valorar bien el importe de la venta y distinguir entre valor nuevo y valor venal mejorado.

Qué tener en cuenta

Desde RACE señalan la importancia de este valor de cara también a la siniestralidad, ya que la indemnización varía según sea este. Cuando se contrata una póliza, en la mayoría de los seguros, los daños por accidentes, incendios o robo se calculan tomando como referencia el valor venal del vehículo.

Qué es el valor venal

No es otra cosa que el valor que tenía el vehículo antes de tener un siniestro. Ese valor es el mismo a considerar si se quiere vender el coche. Los factores que influyen son la antigüedad, la marca, el modelo y otras características particulares que no valoran el número de kilómetros ni el mantenimiento.

El valor venal inicial va bajando con los años y se aplica a la hora de calcular las coberturas en caso de siniestro total, incendio o robo. Si una persona quiere vender su coche, le interesa conocer el valor venal del mismo para saber el precio al que puede sacarlo al mercado.

Cómo se calcula

El precio oficial del valor venal lo marca el Gobierno y se publica en el BOE (lista de modelos y marcas). El precio está basado en las especificaciones del coche y se usa como referente en las indemnizaciones, tasaciones o peritajes. Es, por decirlo así, el valor oficial al que se le perita según los años que tenga desde su matriculación.

El valor venal desciende cuantos más años tenga el coche y por eso, muchas compañías de seguros deciden dar por siniestro total a coches que podrían seguir activos. La razón es que la reparación es más alta que el valor venal del vehículo. Hoy en día, calcularlo es muy fácil gracias a las herramientas disponibles online.

Tipos de valor venal

Pero como todo en esta vida, el valor venal tiene sus matices. De hecho, hay 3 tipos que deben tenerse claro por si llega el momento de necesitarlos: el valor de reposición, el valor nuevo y el valor mejorado. Todos ellos se detallan a continuación.

Valor de reposición

Es el mismo que cuando se compró el coche porque la antigüedad y características son las mismas. No se toma en consideración ni el número de kilómetros ni los gastos de mantenimiento, pero sí ciertos aspectos que no se tenían en cuenta para el valor venal como son: beneficio del vendedor, reparaciones o gastos de transferencia.

Según la compañía de seguros que se tenga contratada en función del tipo de póliza, se aplicará un valor u otro. Si la compañía se decanta por el más bajo, pueden llegar las sorpresas en caso de accidente (lo barato a veces sale más caro).

Valor nuevo

Este valor es el que tiene un coche justo en el momento que sale del concesionario ya matriculado. En él se incluyen los impuestos y suele duran unos 2 años, así que hay que mirar la póliza para ver que así consta. Si es así y tienes la mala suerte de tener un siniestro o robo, la aseguradora pagará por el mismo valor.

Valor venal mejorado

Es cuando se aplica un valor algo superior al del coche porque se ha tenido en cuenta una situación de mercado concreta. Esto favorece al coche en caso de siniestro y el seguro tendrá mejor cobertura, lo que puedes verificar en la póliza.

Si después de leer esto sigues teniendo claro que vas a vender tu coche, adelante. Siempre te quedará el renting, los vehículos compartidos o alquilar un coche para los periodos vacaciones. Con la gasolina tal y como está, es normal que más de uno se plantee si ser propietario merece la pena.