La jubilación ¡siempre presente!

01 Jun 2023

Todo el mundo ha pensado, al menos alguna vez en su vida laboral, en la jubilación. Preguntas del tipo: cuánto tiempo me falta, cual será mi pensión o necesito un plan extra asaltan la cabeza de cualquiera a partir de los 40 (si no es antes). Se tenga la edad que se tenga, hay que tenerla en mente.

Aunque para muchos es algo lejano con lo que no merece la pena preocuparse, la realidad es que sí es algo para tener en cuenta. Las decisiones que se tomen a lo largo de la vida laboral afectarán directamente a la jubilación y esta será mejor cuanto más alta sea tu pensión.

Por suerte, los pensionistas de hasta 70 años pueden solicitar préstamos rápidos online si algún mes se ven apurados. La única limitación es que con el primero la cantidad máxima es de 300 €, eso sí, sin intereses ni comisiones. A partir del segundo, esta asciende a los 1.000 €.

Consejos para una jubilación exitosa

Pero ¿es posible tenerlo todo controlado? La respuesta es no. Calcular la cifra exacta es complicado y saber el tiempo que te queda más aún. Un cambio de ley hará que toda tu organización mental se venga abajo, por no mencionar la inestabilidad económica que haya en el país.

Aun con todo esto, planificar no está de más y te ayudará a estar preparado llegado el momento. Investiga qué opciones financieras son las más adecuadas para ti e intenta conocerlas para saber si a largo plazo son rentables. No olvides que lo es bueno para tu vecino no tiene por qué serlo para ti; la personalización es clave.

Plan de pensiones

Tal y como explica la aseguradora Mafre, un plan de pensiones es una herramienta de ahorro a la que se accede previa firma de una póliza. La idea de este plan es tener un complemento a la pensión de jubilación que te corresponde por el hecho de haber trabajado toda una vida.

La cantidad para percibir dependerá del dinero aportado a lo largo del tiempo hasta que llegue la fecha de jubilación. En alguna ocasión, se puede anticipar, pero debe darse una situación de desempleo mayor a un año, estar inscrito en el SEPE, no estar recibiendo ninguna prestación o si las aportaciones superan los 10 años.

Entre sus ventajas está que tiene beneficios fiscales y desgrava a Hacienda, así que hay que meterlo en la Declaración de la Renta mientras se tenga. De este modo supone un ahorro cortoplacista. La cantidad puede irse subiendo en el caso de verse capaz de asumir una desviación superior de dinero.

Ahorro tradicional

Ahorrar como se ha hecho siempre no tiene misterio; solo tienes que apartar ciertas cantidades de dinero previa planificación. Se puede abrir una cuenta ahorro para obtener rentabilidad, automatizar transferencias mensuales con una cantidad y subirla si es posible tras una revisión.

Si este método de ahorro se ha utilizado tanto, será por algo, así que no lo descartes a la primera de cambio. Planificar cómo lo harás es importante para poder establecer unos objetivos realistas, medibles y alcanzables. Cuanto más disciplinado seas, mejor, sin olvidarte de que también hay que vivir.

Esta manera de ahorrar tiene sus riesgos, ya que el dinero pierde su valor, más aún en escenarios como el actual con una inflación por las nubes. Es posible que cuando llegue el día de tan esperada jubilación, ese dinero que tanto te costó ahorrar se haya devaluado tanto que toque lamentarse.

Diversificar la inversión

Si lo de guardar el dinero en una cuenta en la que no te aporta nada no es lo tuyo, seguro que prefieres invertir. Es la mejor manera de rentabilizar el dinero, pero ¿dónde? inmuebles, plazas de garaje, bolsa, productos bancarios… busca el que más te convenga, asesórate muy bien y da el paso a la inversión.

Eso de que el dinero llama al dinero es tu solución si inviertes con inteligencia y con cautela. Si te decides por el trading o por la inversión en criptoactivos, antes debes informarte bien porque tiene sus riesgos debido a la volatilidad del método. Ante todo, valora si el riesgo merece la pena.

Cada mes de tu trabajo estás aportando algo para el cálculo de la cantidad que recibirás cuando llegue el día de jubilarte. También cuentan los años trabajados y la edad que tengas, de hecho, hay ocasiones en las que trabajar un par de años más cambia la pensión considerablemente.