Objetivo: gastar menos

31 Oct 2024

Ya no sabes cómo llegar a fin de mes y eres incapaz de trazar un plan realista para registrar lo que entra y sale de tu cuenta corriente. Por mucho Excel que te hagas, el dinero que ganas te dice adiós a los cinco días de haber reaparecido en tu vida. Las domiciliaciones parecen tener vida propia, pero tranquilo, puedes controlarlo.

Tu bienestar financiero depende de lo capaz que seas que poner en práctica estos consejos para reducir los gastos en tu vida. Si no puedes, un crédito rápido será tu mejor aliado mientras te acuerdes de devolverlo en el plazo estipulado. ¿Preparado para leerlos?

Consejos para tener tu economía bajo control

La verdad es que no hay fórmula mágica para mantener el gasto a raya, sobre todo cuando existe un desequilibro entre ingresos y gastos. Ser un buen administrador de tu propia vida requiere, pues, de unas habilidades que se adquieren con el paso del tiempo. De momento, ahí van unos consejos para intentarlo.

1. Preahorrar mejor que ahorrar

Según entre tu nómina, haz un traspaso a otra cuenta habilitada para el ahorro o, lo que es mejor, automatízalo. Está comprobado que ahorrar por adelantado es mucho más efectivo que esperar a ver cómo se acaba el mes y guardar lo que sobra porque nunca sobra.

Elige la cantidad que vas a preahorrar con todo el realismo posible y no desesperes si te resulta pequeña. Cada pequeño ahorro suma para llegar a un objetivo económico propuesto. La clave del éxito está en ser constante y, si solo puedes traspasar 20 euros al mes o 5 o 10… bienvenidos sean.

2. Los pequeños gastos son los peores

Los gastos más inofensivos son a los que más hay que temer. Un eurito por aquí, otro por allá hacen que tu capacidad para ahorrar se vea reducida de manera considerable. A este tipo de gasto que hace poco ruido y juntos tienen consecuencias, se les llama gastos hormiga y hay que intentar que sean los menos posible.

Como ejemplo de este tipo de gasto está un café a deshora, coger el autobús para pocas paradas, entrar a un chino para comprar un tentempié cuando vas a llegar a casa en un rato, hacer regalos a diestro y siniestro… Este tipo de gasto te chupan la sangre como un vampiro porque se ven como inofensivos, pero juntos son más de lo que parecen.

3. Cuidado al hacer la compra

La nevera no espera a nadie y cada semana te ves en la obligación de llenarla, más si tienes una familia que alimentar. Muchas veces, ni siquiera piensas qué comprar porque repites la lista como en un bucle sin fin, pero ¿has analizado si hay algo de lo que puedas prescindir en tu carro?

Las compras compulsivas son un peligro para el bolsillo y la tentación aún más: galletitas por aquí, este aperitivo por allá… Ve sin hambre al supermercado y lleva todo lo que necesites apuntado. Si te centras es eso, seguro que te quitas de encima gastos innecesarios.

4. Compra con cabeza

No hay nada más inteligente que comprar con consciencia y responsabilidad. Esto significa pararse a pensar en cada compra que se hace, comparar los precios y preguntarse: ¿esto lo necesito o lo quiero? Aprovechar los descuentos y promociones está bien, si de verdad se necesita; comprarlo por aprovechar puede ser tirar el dinero.

5. Apuntar todos los gastos

Al principio puede resultar una ardua tarea, pero en cuanto te acostumbres a apuntar los gastos, hacerlo te saldrá solo. Registra tus gastos al mes, a la semana o al día, lo que prefieras. Estate atento a lo que gastas en suministros y movilidad, ya que son más incontrolables.

Existen muchas aplicaciones para gestionar finanzas personales por si no te apetece hacerlo a la antigua usanza de usar papel y boli. Tampoco te enganches a las compras financiadas porque puede implicar pagar más a largo plazo. Extrema también la precaución con el uso de la tarjeta de crédito.