La emisión de certificados energéticos en el punto de mira

02 Nov 2023

Cuando se acerca el invierno te entran sudores fríos solo de pensar que tienes que encender la calefacción. Alargar lo inevitable no es solución porque, al final, apretarás ese botón que te irá arruinando mes a mes. Recuerda que puedes echar mano de los créditos online si la cosa se pone fea.

Bromas a un lado, cuanto más eficiente sea tu casa desde el punto de vista energético, menos gastarás cuando llegue el invierno. Con los electrodomésticos también se nota, así que nunca es tarde para replantearse un cambio que te ayude a gastar menos cada mes. Si, además, puedes meterte en una casa autosuficiente, el triunfo está asegurado.

Qué es la certificación energética

El certificado de eficiencia energética es información oficial sobre las características energéticas de una vivienda. Este certificado está emitido por un técnico cualificado tras calcular el consumo de energía anual que se precisa para que un edificio satisfaga sus necesidades energéticas.

Este cálculo tiene en cuenta una serie de condiciones normales de funcionamiento y ocupación relacionadas con todo lo que pueda afectar, lo que incluye la calefacción, el agua caliente, la ventilación y climatización. El proceso termina cuando se emite el certificado de eficiencia, que no es más que una etiqueta.

La etiqueta de eficiencia energética se clasifica en letras y va de la A a la G. La más eficiente es la A y la menos eficiente es la G, así que cuanto más se aproxime tu vivienda a las primeras posiciones, mejor será. Tener esta etiqueta es de obligado cumplimiento tanto a la hora de comprar una casa como para alquilarla.

Qué necesita el certificado energético

La eficiencia puede mejorarse con cambios en el aislamiento y en el equipamiento de la vivienda. Un modelo de certificado energético necesita recoger, como poco, los siguientes aspectos:

1. La etiqueta energética del edificio en función de su calificación.

2. El identificador del edificio.

3. Opción escogida para la identificación del edificio donde se detalle la normativa de ahorro y eficiencia energética, así como las características del edificio.

4. Fecha en la que se valora la vivienda.

5. Descripción detallada de la valoración.

6. Documento que recoge las recomendaciones del técnico. Estas se clasifican según su repercusión, viabilidad y economía.

Deficiencias en las etiquetas energéticas

Después de conocer qué es el certificado de eficiencia energética, has de saber que muchas veces se identifican mal los sistemas de producción del frío y del calor, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Además, todo apunta a que los consejos para disminuir el consumo de electricidad son insuficientes.

Esta entidad ha pedido al Ministerio de Transición Ecológica y a las comunidades autónomas que controlen con detalle a los especialistas encargados de hacer los certificados. Por su parte, se sugiere a los ciudadanos que comparen precios y lean las valoraciones antes de solicitar un servicio de emisión de certificado a un profesional.

Ejemplo de mala praxis

Un estudio de la OCU ha examinado con lupa el trabajo de 15 profesionales en dos viviendas estándar y se dio cuenta de bastantes deficiencias. Uno de ellos ni siquiera fue a la casa en cuestión y realizó el certificado con un formulario que mandó al propietario para que lo rellenara libremente, lo cual es ilegal.

Detectar cómo era la climatización también dio algún que otro quebradero de cabeza. De hecho, uno de cada dos expertos no fue capaz de reconocer que el multisplit de una de las casas tenía bomba de calor además de aire acondicionado. Varios, además, confundieron el tipo de caldera, lo que es un error básico que influye en la valoración.

Los consejos de mejora brillaron por su ausencia y es obligatorio hablar de ellos. Alrededor de la mitad de los especialistas no entró en detalles como podría haber sido: instalar paneles solares, buscar una refrigeración más eficiente y qué tipos de aislantes podrían ponerse.

En resumen, las principales acciones mal hechas fueron:

1. No acudir al domicilio para hacer el certificado

2. Identificar mal el frío y el calor como sistema de producción en una casa.

3. No dar los consejos oportunos para mejorar la eficiencia energética de la vivienda.

Precios disparados

La emisión de certificados energéticos parece estarse convirtiendo en una trampa para sacar dinero, ya que las tarifas que se llegan a pagar están por encima de los 200 €. Los precios son distintos en cada comunidad autónoma, ciudad y, lo que es peor, localidad. A modo de ejemplo se señala que en Sevilla y Santa Cruz de Tenerife pasa de los 90 € mientras que en Burgos, Ávila y Bilbao supera los 150€.