Gastos imprevistos, la peor de tus pesadillas

14 Oct 2021

Cuando todo va bien, o eso creías, aparece en tu vida un gasto imprevisto que adopta cualquier forma. Una avería en tu coche (suele darse cuando cobras la paga extra), una llamada al fontanero que te va a clavar, un electrodoméstico roto… No hay 2 sin 3 y detrás de esa lavadora que se estropea, le sigue una batidora o una plancha en el mejor de los casos.

Y ahí están esos gastos imprevistos que te dejan la cuenta tiritando y lo peor, el alma, porque no los querías, no contabas con ellos y te han roto el mes con lo que bien que ibas. Para combatirlos, nada mejor que pedir un préstamo rápido que devuelva tu vida a la normalidad hasta que llegue otro.

Cómo enfrentarse a los gastos imprevistos

Mejor es que vayas pensando cómo afrontarías un gasto imprevisto del tipo que sea antes de que lo tengas encima. Si ya es tarde para eso, tu mejor opción es recurrir a la financiación externa. En entidades como Avinto puedes conseguir hasta 300 euros a devolver en 30 días. Si aún tienes margen de maniobra, atento a esto:

Elabora un presupuesto mensual

Gastar dinero en emergencias duele menos si has planificado tu presupuesto antes. Crea un presupuesto mensual para controlar tus gastos frente a tus ingresos, cíñete a él, trata de evitar las compras impulsivas y utilízalo para ahorrar lo máximo posible. Si sabes con exactitud cuánto entra y cuánto sale de tu cuenta todos los meses, sabes cuánto de ese dinero sobrante tendrás disponible en el futuro y, por tanto, tendrás más control sobre la situación cuando te llegue esa factura sorprendentemente alta al buzón.

Seguro del hogar siempre controlado

Repasa tu póliza de seguro y comprueba qué es lo que te cubre. Por ejemplo, si hubiera una avería o rotura en tu casa, mira si el seguro se haría cargo de la estructura, los muebles y objetos, y bajo qué condiciones. Además, tampoco estaría de más tener un seguro de salud complementario para largos periodos de enfermedad o accidentes que te impidan trabajar. En cualquier caso, con los seguros a veces es mejor pagar algo cada mes en vez de hacerte cargo de toda la factura.

Haz un fondo de emergencia

Ya lo dice el refrán: “Más vale prevenir que lamentar”. Tener apartados unos ahorros de emergencia es la mejor forma de estar preparado para cualquier imprevisto. Abre una nueva cuenta de ahorro y trata de ingresar periódicamente dinero, para que en caso de aprieto tengas acceso a él lo más rápido posible. Por ejemplo, puedes intentar tener ahorrados tres meses de sueldo, para así tener un tiempo de margen en caso de que tengas algún gasto inesperado o pierdas tu empleo (¡ojalá que no!).

Controla los riesgos

El futuro no se puede predecir, pero hay ocasiones en las que sí que percibes que algo puede torcerse y te prepararas con tiempo. Por ejemplo, si últimamente siempre que llegas a casa después de trabajar te encuentras con que la calefacción no se ha encendido como debería, puede ser que la caldera esté a punto de estropearse. Si tu coche pasó la ITV muy justito, no es descabellado pensar que algún día podría decir adiós para siempre. Si han pronosticado que se aproximan fuertes lluvias, es posible que te reaparezcan esas malditas humedades del techo. Localizar un posible problema antes de que ocurra te da tiempo para adelantarte a los acontecimientos y tratar de evitarlo o, al menos, prever el dinero que necesitarás y apartarlo.